
Esta vez no somos nosotros los que escribimos, sino Carlos Vecino, un amigo viajero a quien todavía no conocemos en persona, pero eso no
quita que la pasión por los viajes nos haya hecho coincidir. Carlos lleva más de 15 años visitando Marruecos como turista, y actualmente dos años viviendo allí. Coincidimos con
Carlos en que Marruecos es un país maravilloso e ideal para viajar en furgoneta o autocaravana, así que mientras prepara su nuevo blog (que de eso ya nos contará él), nos
ofrecimos a publicar sus artículos sobre consejos y recomendaciones para viajar por Marruecos en autocaravana, que nos parecen muy útiles. Aquí os dejamos sus consejos:

Carlos Vecino, dunas de Erg Chebbi, Marruecos.
A sólo 14.3 km de la Península Ibérica nos encontramos con Marruecos, un país muy diferente al nuestro, otro continente, diferentes paisajes, gentes y costumbres, un destino perfecto para viajar
a nuestro aire. A través de varios artículos intentaré orientaros por si tenéis pensado viajar a este país. Mis opiniones y recomendaciones de lugares se basan en mi experiencia personal y no van
en detrimento de otros establecimientos o lugares que seguro pueden ser estupendos, investigar y descubrir sitios nuevos también forma parte del viaje.
Tener la documentación al día parece algo obvio pero conviene comprobarlo: permiso de circulación, ficha técnica, carta verde del seguro y pasaporte con una validez de al menos seis meses.
Al entrar sellarán nuestro pasaporte y tendremos tres meses máximo de estancia. Si lleváis mascotas necesitaréis un certificado de la vacuna de la rabia que normalmente no os
pedirán al venir sino al volver a España. Para entrar a Marruecos hace falta rellenar dos tipos de papeles distintos, uno por persona con los datos habituales de nombre, n° de pasaporte y
destino, y otro para el vehículo llamado «D16 ter». Ambos podéis solicitarlos al llegar a frontera o agilizar al menos el segundo a través de la página web de aduanas de Marruecos. El D16
ter son tres hojas, una se la quedarán a la entrada, otra habrá que entregarla a la salida y la copia restante guardarla con la documentación del vehículo para futuros viajes al país. Conviene
también contratar un seguro médico con repatriación incluida, no son excesivamente caros y siempre tranquiliza saber que estás cubierto, yo lo tengo con Mapfre. Para cruzar el estrecho hay
varias compañías de ferrys y desde distintos puertos, conviene preguntar a varios por si hay ofertas, yo lo hago siempre con una agencia de Ceuta llamada Camaleón.

Una vez en Marruecos se nos abre un mundo de posibilidades para el viaje, montaña, desierto, ciudades imperiales, costa… Hacer un planning previo de lo que queremos visitar ayudará mucho a
optimizar los días que tengamos, pero un consejo: no viajéis con prisa. En mi opinión es mejor dejar cosas para ver en otro viaje y disfrutar del ritmo tranquilo. Para la navegación utilizo
una App que se llama Maps.me y que trabaja sin conexión. Para el teléfono e internet compro una tarjeta local recargable, accesible en tiendas de telefonía presentando el pasaporte. La
moneda es el dírham (MDh) y tiene un cambio aproximado de 1€ = 10MDh. Pagar con tarjeta es poco habitual así que recomiendo traer algo de dinero cambiado o hacerlo nada más entrar, es
fácil encontrar cajeros, agencias de cambio o bancos. En sitios turísticos como hoteles y algunas tiendas admitirán pago en euros a un cambio beneficioso para ellos lógicamente.
Otra generalidad de Marruecos es dónde aparcar para dormir, se puede prácticamente en cualquier lado, en una gasolinera dando una propinilla al vigilante, en camping o en medio de la nada,
este país es un paraíso para el autocaravanista sin las restricciones que cada vez más nos encontramos en Europa.

Siempre que recorres Marruecos vas pasando por pueblecitos y muchos de ellos están echando humo literalmente, las parrillas con carbón para preparar brochetas o tajines invitan a parar a
comer. Al principio es bastante normal ser reacio a parar en estos sitios, ya que estamos acostumbrados a otro formato de restaurante, pero os puedo asegurar que en la mayoría se come de
maravilla. Tras el protocolario saludo marroquí, siempre pregunto qué es lo que hay hecho, normalmente tienen preparados algunos tajines variados o te preparan unas brochetas al momento. Ya
escribiré más extensamente sobre la comida marroquí y sus opciones.
Viajamos a un país de diferente cultura y lenguaje, yo siempre tengo por costumbre aprenderme alguna palabrilla en el idioma local, normalmente la primera es gracias (sucran), pero
también cosas como café con leche (kagua halib), por favor (afak), o buenos días (esba alher) (se escribe diferente pero a mí es como me suena). Aunque
la que quizá más utilice aquí después de gracias es suficiente o basta (safi), ya que hay una clara tendencia a llenar el depósito hasta que desborda, ofrecerte cosas que no quieres
o darte de comer hasta que explotas, es muy útil.

A la hora de conducir es muy importante respetar las limitaciones, no sólo por lo bien que se esconden con los radares, sino por la cantidad de “cosas” que cruzan la carretera sin
ningún control: niños, burros, perros, camellos, incluso en las autopistas. También hay una teoría de que el grande es el que tiene la preferencia, conducir por aquí al principio
asusta un poco, aunque es fácil habituarse. Hay una página de facebook que yo creo es de culto para todos los que venimos aquí, es El Zoco de Afrikia, tiene consejos,
avisos y si tenéis algún problema siempre hay alguien que echa una mano. Tras un viaje con vuestro vehículo es aconsejable adelantar el cambio del filtro de gasoil, no es malo pero no está
tan purificado como el de España.

Lo habréis oído mil veces lo de regatear, el fin en sí no es por dinero, sino por echar un rato. Si queréis comprar algo de un cierto valor lo mejor es pedir un té directamente, hablar de
la vida y luego regatear. Os pondrán la mano para cerrar el trato, una vez que la deis ya no hay marcha atrás, aquí es como firmar un contrato, me encanta.

Respecto al tema de la seguridad, yo nunca he tenido ningún problema, pero eso no quita que los pueda haber. En general cuando viajo no me meto por sitios «extraños» en las ciudades, no
salgo mucho de noche y no soy conflictivo, si se me cruza un coche de mala manera me aguanto y no voy media hora pitándole. Quizá haya sido por eso y por el sexto sentido viajero que no he
tenido problemas. En cualquier caso si tenéis algún problema, la policía ayuda y lo que es mejor, la gente de la calle también. Además de la legendaria hospitalidad de este pueblo,
el turismo es una fuente de ingresos muy alta y por tanto se la cuida.
Viajar con niños es perfectamente viable, no es mi caso pero amigos míos vienen con sus hijos, y además de conocer cosas nuevas, ven que no hace falta tantas cosas para vivir, toda una
enseñanza. Si además traéis ropa, juguetes (que no vayan con pilas) o cualquier cosa que ya no utilicéis, podéis entregarlo en alguna de las asociaciones de los pueblos por los que paséis, ellos
lo repartirán. Los niños os pueden pedir dinero, es mejor que no les deis por el simple hecho de que ven en la mendicidad una fuente de ingreso y dejan de ir a la escuela.

Y por último, parad, charlar con la gente, comed con la mano (la derecha), disfrutad del viaje que el sitio merece la pena.
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